CARLOS FERREIRINHA. Origen: www.modaseventos.com |
Entrevista publicada por Poder360 en Junio de 2011
¿Ha cambiado el mercado de lujo en los últimos años?
Lo más notorio fue un fuerte crecimiento en todo el mundo, hasta la crisis de 2008. Hasta ese momento, la actividad había mostrado un fuerte dinamismo en todos los mercados. La tendencia más notoria es la democratización. Muchas personas han podido comenzar a tener acceso a productos y servicios que antes eran muy exclusivos.
Hay quienes dicen que el principal cambio es que una misma persona puede acceder a ciertas categorías de lujo, sin ser un millonario. Por ejemplo, una estudiante compra Evian después del gimnasio. O un profesional que vive sencillo, pero maneja un Audi A4.
Totalmente. Los conceptos y características del consumo de lujo son las mismas del siglo pasado, pero la diferencia es que la actividad ha sufrido cambios: se ha profesionalizado y ha experimentado un fuerte crecimiento. Además, muchas marcas han expandido las categorías tradicionales. Con todo este fuerte movimiento, la actividad se movió hacia muchas nuevas formas, y son muchas las empresas de productos y servicios que no son de lujo tradicional, pero usan las estrategias de marketing o de negocios de lujo para obtener una ventaja en el mercado.
¿Qué impacto ha tenido la crisis para la industria del lujo?
Muy fuerte. La crisis ha sido la primera interrupción en los últimos 30 años para el consumo del lujo. No quiero decir que no tuvimos crisis en el pasado. Al contrario, hubo muchas, pero ninguna tan fuerte como ésta. Eso sí, hay una cosa clara: el consumidor ha cambiado y el lujo no va a desaparecer. Su consumo es emocional, y actualmente la actividad está profesionalizada, pero deberá hacer todos los ajustes que esta crisis reclama.
¿Qué categorías son las que ves más vigorosas?
En todas partes del mundo, las categorías que más crecen son las mismas: autos, moda, accesorios. También belleza e inversiones inmobiliarias. En el caso de América Latina, tenemos una ventaja en los servicios, por ejemplo hoteles, gastronomía, SPAs, y resorts. Esto último es especialmente cierto para el caso de Chile.
¿Es diferente América Latina del resto del mundo en el consumo del lujo?
La principal es que la base es mucho menor, y se trata básicamente de consumo local y no extranjeros que viajen. México es un caso distinto. Pero en el resto de los mercados de la región, el consumo es local. Los rusos, los japoneses o los chinos, no son grandes consumidores en nuestros mercados. Otra diferencia es que los latinos somos muy impulsivos en el consumo de este tipo de productos. Los brasileños especialmente.
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